As the sun sets, the beautiful Lola spends what little money she has left on a taxi to her hostel.
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Steve takes one look at this gorgeous ebony babe’s bags and wants to turn her away, but the thought of fucking her is just too much to handle. Steve nearly throws his back out carrying Lola’s bags to her room, but he’s a good guy, introducing her to the hostel’s other resident – Claudia. When a giant spider appears in the girls’ room, Steve steps up to the plate and banishes the arachnid from existence! Forever grateful, these two hotties decide to nurse Steve back to health with a dash of cocksucking and a pinch of pussy. Taking turns riding this brave man’s cock is exhilarating, making these once-frightened cuties wetter than ever. Lola gives back with double rimjob as Steve pounds away at Claudia’s sweet ass before squirting her pussy juice all over Steve’s commanding fingers. Being the nice guy that he is, Steve lets both guests take his hot load all over their faces – that’s hospitality!
Mientras se pone el sol, la bella Lola gasta el poco dinero que le queda en un taxi hasta su hostal. Steve le echa un vistazo a las bolsas de esta hermosa nena de ébano y quiere rechazarla, pero la idea de follársela es demasiado para manejar. Steve casi se tira la espalda al llevar las maletas de Lola a su habitación, pero es un buen tipo y le presenta a la otra residente del albergue: Claudia. Cuando aparece una araña gigante en el baño de las niñas, ¡Steve se acerca al plato y destierra al arácnido de la existencia! Siempre agradecidas, estas dos bellezas deciden cuidar a Steve para que recupere la salud con una pizca de chupar pollas y una pizca de coño. Tomar turnos montando la polla de este valiente hombre es emocionante, haciendo que estas bellezas, una vez asustadas, estén más húmedas que nunca. Lola devuelve con doble rimjob mientras Steve golpea el dulce culo de Claudia antes de arrojar a chorros el jugo de su coño sobre los dedos dominantes de Steve. Siendo el buen tipo que es, Steve permite que ambos invitados se echen su corrida caliente en la cara, ¡eso es hospitalidad!